por Maité Molina
Pero quizás, y solo quizás,
no estemos viendo nuestro reflejo en ese portal sombrío.
Nadie sabe si dentro de esa gelidez mortal,
habitan seres desdichados,
obligados a copiar nuestra silueta
para mostrarnos
con la hórrida mirada de la angustia,
un igual
para pagar con la esclavitud eterna,
la inseguridad de nuestras almas
¿O seremos nosotros los condenados?
Despedirse
Desgaje en el vacío,
salto a las garras de la incertidumbre.
Es imposible la salvación
de la rotura total de nuestro mundo.
entonces deseamos ser niños
y nos plegamos sobre nosotros mismos
como un papiro sucio
buscando revivir momentos de hace siglos.
Pero no lo conseguimos
y se vuelve inminente:
debemos empujar el alma.
Paradojas
trozos de esperanza brillan
escondidos entre tus pupilas
duermen retacitos de alegría
mezclados con porvenires
lástima (y lastima) tu vida de párpados cerrados
eterno somnoliento que patea las realidades
si tan sólo tus ojos
pudieran volverse sobre sí mismos
y ver tu mirada de niño que sueña
recobrarías la vida.